sea

Serán tus brazos las ramas
del inmenso ser que forma nuestra naturaleza.

Nunca serán tus lagrimas en vano,
ni las razones de tu enojo dejadas de escuchar,

Las primeras las recibirá la tierra para alimentarnos
las segundás serán el fuego que nos mueva.

No será tu cansancio desatendido,
se abrirán los mimos y las caricias

No será el reclamo despreciado
se lavará el hábito en el río.

Serán los nuevos deseos
seremos tu cuerpo y el mío.

Será nuestro nuevo secreto
el más visible, el más querido.

Será que nos abriremos felices
y en este mundo sobrarán cariños.

Serán los espacios dejados intactos
serán las creaciones que quepan en un punto.

Convergeremos en la copa de la misma flor
y en las hojas nos deslizaremos.

Nos rodearán jardines de luces
con un arcoiris de corona.

Seguramente veamos distinto
y gozaremos de la delicada calma.

Será la convicción de que nada fue perdido
que todo es compartido, que estamos unidos,
sea lo que sea.