A ti también gracias...

Gracias por el magnífico encuentro
que en lo feroz y estruendoso
tuve la fuerza para encontrar
la silenciosa calma
de mi ser mas amable.

Erigido con la potencia del deseo
fuimos carne, sudor y llanto,
lo aceptable y lo esperado;
nos elegimos tantas veces
y tantas otras nos alimentamos.

Nada fue en vano:
ni el conocernos ni el separarnos;
más allá de lo entendido
te me fuiste revelado.

No hay lugar para las dudas
y el dolor se ha disipado;
sufrimiento y tristeza transitadas
en aparente solidez mostrada.

Reconsideraciones de estados transmutados
palabras idolátricas,
versos de destierro,
moldes de despecho.

Agrios placeres,
líneas perturbadas en juegos perversos
Obediencia desencarnadamente practicada.

Lo azul de tus pies,
el rojo caminar de tus latidos,
superfluos inviernos.

Pálido otoño en tu manto
se siente distante en primavera,
floreciendo mis dedos
entre las rocas de tus manos.

Huelo el calor de tus abrazos,
sobre el suave pasto
lo verdadero reposando.

Gracias por el tránsito
al dolor alado
el sueño realizado.

Soy uno en el encuentro,
polvo en el desierto mas aislado.

gracias

Supremacía de la belleza
desde un árbol cercano me has mirado
observando paso a paso
protegido y agraciado.

La gracia que vive en mi te envuelve
el brillo de mis ojos, reflejo de los tuyos,
con calma paladea lo que debí pasar con cada golpe
por tu incondicional apoyo.

Y si hoy no te busco en esos momentos,
es porque me enseñaste como Uno
a entregarme a ti, al Todo.

Eternamente acompañado me encuentro
tanto afuera como dentro mío
donde vos y yo somos el mismo.

Plegarias en conciencia corren por los ríos
la luz de tus días invocaron los milagros
las maravillas que he de conocer
las habrás visto en cada átomo,
que con amor profundo y elevado
formaste en flor, en montañas y abrazos.

Tu sangre recorre mis venas en silencio
le das peso a mi cuerpo antes muerto
inanimado tal vez por la falta de riego
como viento que mueve mis pétalos.

cosmos en tus ojos

ahora que estoy reposando
mi lengua te recuerda,
húmeda y dulce
te recuerdan mis labios
no dejan de latirte.
mis párpados recuerdan
la caricia de tus cabellos
y a una luz que se les escurre:
la sutil la fuente en tus ojos.

Se escapó de una pared

Se escapó de una pared!

Marco sobre el piso,
ventana desvestida
atestiguaron los pies:
Que acto de Valentía!

-Ahora verán
aquí abajo,
como canto
como canto-

Y los deditos reían:
-que querrá mostrarnos?
no veo nada claro!
se vino abajo!-otro dijo

-Ahora verán
aquí abajo,
como bailo
como bailo-

-¿que hacés acá?-
preguntó la almohada
-estás medio border!-
roncó el atril bien plantado

-Ahora verán
de aquí abajo,
como juego
como muevo-

-¿Por qué no te volvés?-
y cuanto mas le decían
mas sordo se ponía
¿que le iba a hacer?

-Yo no vuelvo a eso!
Digan lo que quieran
griten cuando no vean
este cuerpito dormido.-

Él quería otra vida!
Rutina y quietud
Todos lo ignoraban
A través del vidrio veían

Los libros para ver,
el cuello estiraron.
Las cajas cabeceaban
si la almohada los tapaba

El marco no se movió
(y no solo eso)
se hizo mas chiquito
ventana...Hm! yo paso!

Rutina no quería!
Otra vida quiso.
Y por eso al vacío,
saltó al suelo!

De ahí en mas
esta es otra historia.
El marco rebelde
sostén del arte es ahora.

Baila con acuarelas,
viste al oleo el pelo
de un clavo menea su cuerpo.

Y de vez en cuando
cambia por algún grafito
o alguna fotito

Pasea por la ciudad
de galería en galería
desatado a la rutina.

Debajo de un brazo,
unos pies bonitos los llevan
a conocer gente nueva.

Todo por aquellos deditos
lo vieran saltar en gracia
y digan a su bella dueña
-Éste vale su esfuerzo!

.

siempre me gustó esta foto
cada vez que en tu espacio entraba ...
de regalo una historia común
de combustión espontánea.

libro amarillo

Día de frío en las manos y sol entrando por el ventanal de la terraza.
La gata dormía en su regazo mientras leía, y llegando al final, unas fábulas de lo más divertidas.
El rojo y verde de una flor dentro de un vasito de vidrio le daba el color que la habitación necesitaba entre tanto blanco incandescente que parecía atravesar materia y antimateria. La habitación, si la vieran como yo, tampoco dejarían de pensar que es un lugar para estar y estar. Leyendo un libro tirados en un sillón, un libro amarilo como éste que ella leía.

Alguien dijo que a los libros no se los oye, pero si pensamos el hecho que solo este hombre y este libro interactúan en esta habitación (como uno se mete en el otro hasta el punto de identificarse y ser uno) yo diría que la última línea se reía a carcajadas (porque el libro tambien tiene derecho a identificarse con el lector, no?). Bueno. En la situación había un señor con cara de bigotes que se creía muy a gusto en su casa de papel acompañado de letrita tras letrita tras espacio tras punto, coma y de vez en cuando algunos corchetes también. Nunca se le hubiera ocurrido salir a explorar otros mundos e ir cambiando de juegos en juegos, o ir a la plaza alguna que otra vez a ver a los amigos, o invitarlos al librito a tomar la leche. Bue..., o un café también porque los hombres grandes toman eso ¿no? Si. Pero este es un hombre chiquito si vive en ese lugar. Aparte, si quiere, ¿Por qué no podría tomar la leche también, no? Pero si bien todo era lindo o confortable para aquél señor, claramente no lo es para un niño cualquiera que disfruta de festejar su cumple en el pelotero, por ejemplo.

Fue así que un timbre sonó como chicharra, sacándola del libro amarillo.

Compañeros de viaje

En nuestros viajes siempre habremos de encontrarnos con acompañantes que nos harán vivir todo tipo de sensaciones nuevas. Por más que no volvamos a verlos, siempre habrá algo que nos recordará esa lección que hemos aprendido como una zona en el corazón que se ha prendido cálidamente para abrigarnos con su luz...

Llenar agujeros

Esto tal vez suene polémico pero no es mas que un aviso...

Tal vez lo que las chicas buscan cuando se separan es que alguien les llene los agujeros emocionales con el sexo del otro género, casi simbólicamente sentirse completas desde lo físico.
Con un hombre es distinto, a él no le pueden llenar ningún agujero de ningún lado. Paradójicamente ellos necesitan vaciarce del todo para mitigar su sufrimiento.

Si este tipo de hombre y este tipo de mujer se encuentran, el resultado puede llegar a ser explosivo, ardiente y pasional. Pero, mientras tanto el resto de lo planos, emocionales o mentales primarios sufren por la pérdida de la capacidad de comprender y sanar. Todo pareciera que se congela en una nube tan densa como la de un cálido aliento en fríos días de invierno.

Nos completamos casi animalmente, instintivamente, básicamente. Nos perdemos la posibilidad de completarnos para que un otro completo nos reciba sanos y salvos para comenzar a gozar algo hermoso, elevado.

Una sola cosa

Olga me dijo:
- admiro a los hombres porque ellos agarran el cepillo de dientes y se van...-

No me cayó muy en gracia en ese momento, pero después de unos días de escuchar varias teorías empecé a pensar que tal vez es cierto que hay ciertas lineas de tendencias que se podrían agrupar por género.

Duele irse, duele quedarse. Duele tener poco y duele también tener mucho. Duele tomar la desición y duele no tomarla. En estos casos todo duele porque el dolor mismo es lo que estamos padeciendo, no los hechos.
O me van a decir que cuando están felices cualquier cosa que haga el otro no los llena de alegría? Que todo lo ven cómo una manifestación divina?

No me quedo ni con una cosa ni con otra. La paz pasa por otro lado. Pasa por la conciencia de todo lo que nos está rodeando, sin quedarnos ciegos por odio, pasión o fanatismo al amor que tenemos por otro.

Tal vez lo único que tenemos que llevar en la vida es aquello que nos permita estar preparados para emprender un nuevo viaje en cada instante. Tal vez todos tengamos que tener un cepillo de dientes a mano.