Sunday, November 16, 2008

A ti también gracias...

Gracias por el magnífico encuentro
que en lo feroz y estruendoso
tuve la fuerza para encontrar
la silenciosa calma
de mi ser mas amable.

Erigido con la potencia del deseo
fuimos carne, sudor y llanto,
lo aceptable y lo esperado;
nos elegimos tantas veces
y tantas otras nos alimentamos.

Nada fue en vano:
ni el conocernos ni el separarnos;
más allá de lo entendido
te me fuiste revelado.

No hay lugar para las dudas
y el dolor se ha disipado;
sufrimiento y tristeza transitadas
en aparente solidez mostrada.

Reconsideraciones de estados transmutados
palabras idolátricas,
versos de destierro,
moldes de despecho.

Agrios placeres,
líneas perturbadas en juegos perversos
Obediencia desencarnadamente practicada.

Lo azul de tus pies,
el rojo caminar de tus latidos,
superfluos inviernos.

Pálido otoño en tu manto
se siente distante en primavera,
floreciendo mis dedos
entre las rocas de tus manos.

Huelo el calor de tus abrazos,
sobre el suave pasto
lo verdadero reposando.

Gracias por el tránsito
al dolor alado
el sueño realizado.

Soy uno en el encuentro,
polvo en el desierto mas aislado.

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