Saturday, May 15, 2010

El Aliento

Él lloraba. Lloraba las primeras citas.
Él era el triste soplo de un pecho pequeño. Cerrado, atado y ofendido.
En el correr del tiempo pudo respirar. Aunque el tiempo respiraba como siempre, como ahora.

Ahora canta. Canta por el encuentro.

Nos da su alimento: El Aliento.
Y alienta a los encuentros de corazón. Y son tan espontáneos como el viento.
Como el rastro del ave en cualquier cielo. Como las palabras de amor dichas a lo real, como el fuego vital.

Mas tarde renace en todo lo que ha compartido, en el gesto vivo.

Renace limpio y erguido. Juega como si todo fuera divertido.
Juega y se siente niño. El aliento lo alimenta. Tal vez nosotros también lo haremos.
Seremos para él, el Sol en Invierno. Seremos Trueno para que se habra el cielo.

Seremos. Tal vez seremos

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